Tabla de contenidos:
Como ya dijimos al hablar del ficus retusa, el género Ficus pertenece a la familia de las Moráceas y comprende cientos de especies de árboles y arbustos que generalmente se distribuyen por zonas tropicales.
Vamos a recordar brevemente que es común en todas las especies del género Ficus:
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la producción de un jugo lechoso y gomoso, denominado látex,
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y un falso fruto, denominado higo, que en realidad es una flor modificada en una estructura jugosa.
Si deseas conocer las especies más utilizadas y más fáciles de encontrar como bonsai en las tiendas especializadas puedes consultar la ficha del bonsái ficus retusa (Ficus microcarpa L.)
Las principales características de la higuera común (Ficus carica L.) son:
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tamaño pequeño, de 2 a 8 metros, con aspecto más de arbusto que de árbol cuando se encuentra en estado salvaje y con una copa grande con relación a su altura,
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ramas lisas y del mismo color que el tronco, con las marcas de las hojas de años anteriores, desnudas hasta los extremos y tendencia a curvarse por el peso de la hojas y los frutos,
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tronco de corteza gris ceniza y lisa,
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hojas caducas, que sólo crecen en los extremos de las ramas, palmeadas (de 3 a 7 lóbulos), con un largo pecíolo, de color verde claro en la cara inferior y más oscuro en la superior, alternas, ásperas y rugosas al tacto,
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No posee una única raíz principal sino más bien varias raíces principales, más o menos superficiales, que nacen radialmente del tronco con un aspecto potente y fibroso, pero frágil,
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con flores dentro de los falsos frutos con forma de botella (higos), son comestibles y de color verde, violáceo o negro, de piel rugosa y con una agujero en su extremo. Las flores maduran a finales del verano y producen los verdaderos frutos (aquenios) que tapizan las paredes del interior del higo,
El origen de la higuera común (Ficus carica L.) está en Asia Menor y, como en el caso del Punica granatum, ha sido cultivado por su frutos en los países mediterráneos desde hace milenios, siendo la única especie del género Ficus que crece de forma espontánea y asilvestrada en Europa del sur, razón por la que se le considere otra de las especies típicas mediterráneas.
Hay más de 40 variedades de higuera común, pero básicamente podemos distinguir:
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Higueras fértiles:
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Partenocápicas bíferas (brevales o bacoreras),
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Partenocápicas reflorescentes,
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de Smirna.
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Higueras infértiles o machos:
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Cabrahigos (Ficus carica L. var. caprifícus)
Aunque responde bien al cultivo como bonsai, aguanta el calor y es resistente, está poco extendido entre los aficionados, quizás por la dificultad de ramificar su copa y el tamaño grande de sus hojas. En cambio, es fácil obtener un bonito nebari y un tronco grueso en poco tiempo.
Dónde ubircar mi Higuera
Debe cultivarse en el exterior a pleno sol durante todo el año, pero evitando las exposiciones prolongadas durante la época más calurosa y especialmente después del trasplante, etapa durante la cual deberá situarse en un lugar muy bien iluminado pero sin sol directo para que pueda mantener las raíces con la tierra fresca.
La situación a pleno sol, además de garantizar su correcto cultivo y supervivencia, nos ayudará reducir el tamaño de sus hojas en combinación de la técnica del defoliado y el control de los nutrientes en el abono.
En invierno debe protegerse del frío intenso y de las heladas fuertes, a pesar de lo cual necesita pasar el frío invernal para sentir el paso de las estaciones, es decir, tiene que perder las hojas durante el invierno para que crezca sano y la primavera le provoque el despertar de las yemas en reposo. Un invernadero frío en el exterior podría ser una buena solución para las zonas de inviernos más duros, procurando volverlo a situar en el exterior lo antes posible.
Cómo regar una Higuera (Ficus carica L.)
Los riegos deben ser a fondo hasta que salga agua por los agujeros de drenaje y cuando la superficie de la tierra comienza a secarse, evitando tanto el encharcamiento permanente de la tierra, ya que es muy sensible a la podredumbre de las raíces.
Aunque aguanta bien el calor, en el caso de que se marchite por falta de agua, podemos recuperarlo si actuamos rápidamente y lo regamos por inmersión en un cubo hasta que se empape bien toda la tierra, aunque debemos evitar a toda costa descuidar el riego y llegar a esta situación.
Como y cuando abonar mi bonsái
Abonar con frecuencia con un abono orgánico de calidad, especialmente durante la época de crecimiento vigoroso (primavera) y otoño.
Si el agua de riego es muy pobre en restos de cal, podemos añadir un poquito de carbonato cálcico en el agua riego, ya que a las higueras prefieren los suelos calcáreos.
Podemos ayudar a reducir el tamaño de las hojas, además de con una buena exposición exterior a pleno sol y el defoliado de sus hojas, con el suministro de abonos más ricos en fósforo (P) y potasio (K) que en nitrógeno (N) para no fomentar el desarrollo de sus hojas.
Trasplantar un Ficus carica L.
Cada 2 o 3 años, al comienzo de la primavera, antes del engrosamiento de las yemas. En los ejemplares más jóvenes puede aumentarse la periodicidad.
Durante el trasplante conviene sanear bien cualquier parte de raíces podridas y podar la ramas no deseadas para reducir su copa. No es obligatorio, pero si utilizamos hormonas de enraizamiento con fungicida, facilitamos el éxito del trasplante.
Una buena mezcla de sustrato para la higuera podría ser un 35% de arena gruesa o material equivalente (tierra volcánica, etc.) y 65% de mantillo.
No hay que olvidar que la tierra deber ser siempre nueva y limpia y nunca debemos reutilizar tierra de otros cultivos para evitar contaminaciones (hongos, enfermedades, plagas, etc.) que pudieran afectar a otros árboles.
Es conveniente proteger el árbol después del trasplante durante un par de meses, situándolo en un lugar muy bien iluminado pero evitando la exposición directa al sol.
Poda de Higuera
La época más adecuada es al comienzo de la primavera cuando las yemas de los nuevos brotes están muy marcadas y aún no se han abierto. En cualquier caso, nunca se deben podar ramas gruesas durante el invierno o al final del otoño porque la higuera tiene tendencia a retirar savia, especialmente de dichas ramas, y podríamos perder parte de la copa afectada por la poda.
También hay que tener en cuenta que tarda en cicatrizar las heridas y además lo hace mal, es decir, se pueden producir abultamientos en forma de callo, por lo que es conveniente podar en dos fases:
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Podar por encima de la rama que queremos dejar en el árbol, dejando un trozo (muñón) de unos 2 cm., aplicando pasta selladora.
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Cuando la herida se haya curado y secado parte del trozo que habíamos dejado tras la poda, en un par de meses o tres, eliminar el muñón con una tenaza cóncava a ras del tronco y volver a sellar con pasta.
Aún así, es posible que la herida nunca termine de cubrirse totalmente con nueva corteza.
Dejaremos crecer las ramas durante todo el período vegetativo y acortaremos los brotes del año hasta 2 o 3 hojas durante el final del verano, así conseguiremos que las ramas y hojas maduren los suficiente y produzcan nuevas yemas e incluso higos. No obstante, si la distancia entre las hojas fuera muy grande, deberíamos pinzar antes, sin esperar al final del verano para no aumentar demasiado la distancia entre las yemas y, por tanto, entre la nueva ramificación.
Como las hojas son alternas, tendremos en cuenta la dirección que tenga la yema que nace de la primera hoja de la rama tras la poda, de tal forma que siempre podaremos por encima de una hoja que tenga una yema hacia el exterior de la copa.
En general, debemos quitar:
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todos los brotes de la base del tronco,
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las ramas que se cruzan,
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las ramas opuestas,
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las ramas que crecen muy verticales o que lo hacen hacia el interior del tronco.
Hay que podar las raíces durante el trasplante pero sin cortar demasiadas raíces finas para permitir que pueda recuperarlas durante el invierno. También hay que aprovechar a podar las ramas no deseadas.
Entre la poda de ramas y el trasplante (o viceversa) debería existir un intervalo mínimo de tiempo para no acumular demasiadas operaciones agresivas a la vez, por ejemplo, 3 semanas.
Como ya hemos dicho, uno de los principales inconvenientes al cultivar la higuera como bonsai es el tamaño de sus hojas, demasiado grandes y, aunque con el tiempo tiende a reducir el tamaño de las mismas de forma natural, en algunas ocasiones hay que recurrir al defoliado de las hojas de mayor tamaño.
El defoliado deberá realizarse cortando las hojas por el pecíolo y eliminando las yemas terminales para forzar la brotación de las hojas defoliadas, de lo contrario sólo conseguiremos que vuelva a brotar por el ápice de la rama y alargar demasiado las ramas, perdiendo la posibilidad de ramificación entre el tronco el y el extremo de la rama. Hay que colocar el árbol a pleno sol para estimular la brotación.
El estilo que mejor se adapta a la higuera es el estilo escoba (hokidachi) o el de tronco múltiple.
Por último, recordar que la poda, el pinzado o la defoliación sólo se deben realizar si el árbol está sano.
Alambrado de tu Higuera (Ficus carica L.)
La colocación de ramas mediante el alambrado puede realizarse entre el final del invierno y el principio de la primavera, justo antes de que hayan brotado las hojas y con cuidado de no dañar la corteza. Es recomendable no regar el día anterior al alambrado.
Hay que vigilar las marcas del alambre en la corteza debido a la rapidez con la que engordan y crecen las ramas.
No obstante, debido a la delicadeza de su corteza y a la fragilidad de sus ramas, es preferible utilizar como técnica de modelado la poda.
Un árbol con aspecto de "madeja de alambre", por el exceso de éste, pierde todo el aspecto de vivo y no es un mejor ejemplar como bonsai. Por favor, alambra lo justo y sólo cuando otras técnicas de modelado no puedan utilizarse o no hayan conseguido los efectos deseados.
Efermedades y plagas más comunes en un Ficus carica L.
En general es bastante resistente a las plagas aunque sin el cultivo adecuado hay que tener especial cuidado con:
- Hongos en las hojas: manchas en las hojas, especialmente antracnosis y alternaria.
- Mosca blanca: insecto chupador de savia.
- Cochinilla: insecto chupador de savia de forma plana.
- Araña roja: ataca sobre todo en ambientes mal ventilados o de interior, con ambiente seco y caluroso, lo que termina produciendo un debilitamiento progresivo.
En cualquier caso, debemos recordar que si necesitamos emplear algún tratamiento fitosanitario, éste debe ser específico contra la plaga o enfermedad y constante en el tiempo hasta eliminarla completamente.
Más información sobre la Higuera (Ficus carica L.)
El nombre del género Ficus proviene de latín ficus : higuera; y carica : de Caria, región de Asia Menor.
La higuera es un árbol conocido desde épocas muy remotas. Hace 4.500 años ya era recolectado en Egipto, como así lo demuestran las pinturas egipcias encontradas en algunos monumentos funerarios y es nombrado como uno de los signos de la abundancia en la Tierra Prometida del Antiguo Testamento.
Este conocimiento desde la antigüedad ha facilitado la aparición de innumerables leyendas y mitos a lo largo de la historia. Así, algunos ejemplos de esto son cuando Adán y Eva fueron expulsados del paraíso, que cubrieron sus desnudez con hojas de una higuera; o los romanos que empleaban la higuera en sus ceremonias religiosas y estaba consagrada al dios Baco; o la loba que amamantó a Rómulo y Remo (los fundadores de Roma) estaba bajo una higuera.
En las fiestas para celebrar el primer día del año los romanos se ofrecían higos como regalo y llegaron a ser tan importantes en esta época que una de las causas (o excusas) para comenzar la tercera Guerra Púnica contra Cartago fueron los higos de esa región.
Los higos son ricos en vitaminas (A1, B1 y C) y azúcares (65%), lo que lo convierte en un alimento muy nutritivo y energético, utilizándose en medicina para aliviar:
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el estreñimiento,
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las enfermedades del pecho,
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y la tos.
También se fabrica aguardiente y vinos dulces mediante fermentación de los higos, incluso se han llegado a utilizar como sustituto del café en épocas de escasez de éste.
El látex posee unas enzimas proteolíticas capaces de digerir las proteínas y se ha empleado para quitar verrugas y ablandar callos y durezas, aunque puede producir reacciones alérgicas (dermatitis) debido a su contenido en furanocumarinas. También se ha utilizado para obtener queso por su poder de cuajar la leche.
Precisamente el látex hace que toda la planta, incluso los higos inmaduros, sea ligeramente tóxica, de hecho los pastores evitan que las ovejas y cabras coman sus hojas y frutos inmaduros.
Curiosamente y a pesar de todo lo anterior, nuestra frase coloquial: "me importa menos que un higo" parece que hace de los higos algo sin valor e insignificante en nuestros días, aunque tal vez el origen de la frase se refiera a los higos de las higueras silvestres (cabrahigos), sin valor.
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