Esta guía de consulta rápida es un Curso Básico de Bonsai elaborado con la experiencia de los profesores de nuestra escuela de bonsai en Madrid, dirigido a todas aquellas personas que desean iniciarse en el cultivo de bonsais y no tienen ningún conocimiento previo (nivel 0).
- Ideas Básicas
- La esencia del Bonsai
- Comprar un bonsai
- Lugar de cultivo
- Maceta más adecuada
- La tierra
- El trasplante
- El riego
- Abonado
- Estilos básiscos para empezar
- Alambrado
- La poda y el pinzado
- Herramientas necesarias para empezar
- Saber más
Si deseas aprender y saber más sobre bonsai, puedes unirte a algunos de nuestros Cursos de Bonsai en nuestra escuela Bonsaikido, en Madrid.
Literalmente un bonsai significa: "árbol
en maceta".
A pesar de lo que mucha gente no-aficionada piensa, un
bonsai no es una especie particular de árbol ni está
modificado genéticamente para ser enano. En teoría,
cualquier especie de
árbol o arbusto podría llegar a ser cultivada como un
bonsai, es decir, en una maceta y con su tamaño controlado.
El arte del bonsai consiste en cultivar un árbol en una
maceta y mediante su modelado recoger la esencia de su
naturaleza, tratando de imitar a los árboles de su especie
en la naturaleza, dependiendo del estilo elegido.
Un bonsai es un ser vivo que crece y cambia
con el tiempo y, por tanto, necesita tomar los nutrientes
necesarios (agua
y minerales) de su maceta a través de tus cuidados. Tu
bonsái está en tus manos y necesita una pequeña observación
diaria.
Modelar bonsais es mucho más que tratar de alcanzar un árbol
completamente finalizado y acabado de forma inmediata, es
disfrutar con su desarrollo y crecimiento, año tras año. En
cualquier caso, no es hacer bricolaje.
Tener éxito con las plantas, mal llamadas de interior, que
nos venden en los centros de jardinería, no garantiza tener
éxito con el cultivo de un bonsai, ya que estas plantas
suelen híbridos seleccionados especialmente por la industria
de la jardinería para que cualquier persona inexperta se
anime a comprar y considere que es capaz de tener una planta
viva en su casa. Estos híbridos son capaces de vivir en las
peores condiciones (dentro de casa, con la tierra seca,
resistentes a plagas, con poca luz, etc.).
Un bonsai no es una planta seleccionada para soportar
nuestros errores de cultivo.
Al comienzo, el bonsai fue una forma de llevar la
naturaleza a los palacios de los
aristócratas y emperadores chinos, convirtiéndose
incluso en una forma de indicar el status del que los
poseía.
Después los monjes chinos del Zen lo introdujeron en Japón,
desarrollando su faceta religiosa y espiritual.
La esencia y
espíritu del bonsai
es el arte mediante el que expresamos la vida eterna del
mundo que nos rodea. Nuestro bonsai, nos sobrevivirá y será
transmitido a las siguientes generaciones.
La forma más fácil de comenzar es
comprar un pequeño bonsai
más o menos ya modelado, pero no compres lo primero que veas
ni dejes engañar por el precio.
Intenta comprar en una
tienda o centro especializado de bonsai, ya que sus
conocimientos y experiencia te ayudarán con la mejor
elección de acuerdo a tus conocimientos y posibilidades de
cultivo. Además te garantizará la salud de tu árbol.
Si compras a distancia o a través de internet, debes comprar
lo que tú puedas ver en fotos y con detalles.
No
compres sin ver y sin estar seguro de lo que compras.
Pregunta a otros
aficionados.
No hay bonsais de interior, todos los
árboles necesitan vivir en el exterior.
Intenta
cultivar tu bonsái en el exterior
todo el año si es de hoja caduca y la mayor parte del año,
si es una especie tropical o subtropical y vives en una zona
con épocas frías durante el año.
Si tienes un jardín o una terraza, ese es el lugar ideal
para todo el año. Evita la orientación Sur a pleno sol junto
a una pared porque el sol dejará seca la maceta con mayor
frecuencia. La mejor orientación es Oeste o Este en una zona
de sol y sombra con buena ventilación.
Durante el tiempo que lo cultives en el interior de casa
(sólo durante la estación fría del año), evita el sol
directo a través de los cristales de la ventana. La mejor
orientación es Oeste, Este o Sur sin sol directo, pegado a
la ventana. Evita la orientación Norte, ya que no habrá luz
suficiente.
La maceta
se elige en proporción al tamaño de tu bonsai y como
complemento a sus colores, estilo y silueta. No es
imprescindible una maceta especialmente diseñada para
cultivar un bonsai, pero si conveniente.
Los
estilos en bosque
emplean macetas planas ovaladas poco profundas o lajas de
piedra.
Los
estilos en cascada se cultivan en macetas altas, de más
de 2 ó 3 veces la altura del árbol para tener espacio
suficiente por el que cuelguen sus ramas hacia abajo.
Los estilos más libres, como el
bunjin o literati, prefieren macetas redondas.
Los estilos rectos, ya sean
formales
o
informales, suelen utilizar macetas rectangulares u
ovaladas profundas.
Asegúrate que tus macetas tengan unos buenos agujeros de
drenaje, patas y una buena base para asegurar a tu bonsai un
buen drenaje y que sus raíces no se quedan nunca totalmente
secas.
Tu bonsai necesita un sustrato de
tierra que
le asegure un correcto drenaje, humedad y aireación.
Aunque existe una tierra llamada akadama, que es
una tierra volcánica de origen japonés y la preferida por
muchos aficionados, es aconsejable, como principiante, que
uses cualquiera de las
mezclas de tierra ya preparadas de venta en los centros
especializados de bonsai, ya que usar sólo akadama,
sin mezclar, no permite demasiados errores con el riego o
con el abonado.
Intenta trasplantar o replantar utilizando siempre el mismo
tipo de tierra, salvo que sea el primer trasplante y la
tierra sea de mala calidad debido al bajo precio del bonsai.
Si a pesar de estas recomendaciones, deseas intentar tu
propia mezcla de tierra, una mezcla universal y estándar
para cualquier tipo de bonsai debe contener a partes
iguales:
grava volcánica para facilitar el drenaje y
la aireación;
arcilla para ayudar a la retención del agua
y fijación del abono; y
mantillo para suministrar nutrientes,
regular la acidez y soporte a las micorrizas.
No obstante, deberías consultar con un especialista o centro
de bonsai de tu ciudad para ajustar la mezcla en las
proporciones exactas de acuerdo a tus condiciones locales
(clima, etc.) y a los productos más fáciles de conseguir en
tu ciudad.
La principal razón para el
trasplante es la salud del bonsai. Es urgente realizar
un trasplante, si el agua se absorbe con dificultad, si el
cepellón se levanta de la maceta o si hay un problema de
raíces podridas.
Observa los brotes en primavera y realiza el trasplante
cuando las yemas están hinchadas y comiencen a abrirse. Si
ya se han abierto, es tarde para que hagas el trasplante.
Si haces un trasplante y tienes dudas sobre la cantidad de
raíces que tienes que podar, un truco seguro para no dañar
el árbol es dejar 1/3 más volumen de raíces que de parte
aérea (copa).
No te olvides de amontonar algo de tierra sobre el sitio en
el que justo colocarás el bonsai, ya que dejar sin tierra la
base del tronco entre las raíces puede provocar la
podredumbre.
Sujeta el bonsai a la maceta mediante un alambre a través de
los agujeros de drenaje para evitar que se rompan las raíces
nuevas por algún movimiento del árbol después del
trasplante.
Antes de fijar definitivamente el bonsai a la maceta con los
alambres, debemos comprobar que el árbol encaja
perfectamente en la maceta con la capa de drenaje incluida.
En el caso de que no encaje, tendremos que seguir podando el
cepellón hasta conseguir que encaje con facilidad, siempre y
cuando el tamaño de la maceta elegida sea el adecuado para
el bonsai y sus raíces puedan, o deban, ser podadas.
El riego es la técnica más importante para la salud de tu
bonsai y debes aprenderla y dominarla lo antes posible.
Nunca riegues tu bonsai por inmersión, a
pesar de lo que aconsejan algunos libros de dudosa calidad o
comerciantes no profesionales del bonsai.
Tienes que
regar
cada vez que la superficie comienza a secarse y
hacerlo a fondo hasta que salga abundante agua por el
drenaje. Utiliza una regadera con agujeros lo más finos
posibles y nunca dejes agua retenida en bandejas que estén
en contacto permanente con las raíces o la base de la
maceta.
El agua de lluvia es la mejor para regar y a falta de ésta,
usa agua con la menor dureza posible (contenido en
sales), pero esto no quiere decir que riegues con agua
destilada porque matarías a tu árbol.
.
Nunca abones un bonsai débil o enfermo.
Tu bonsai necesita nutrientes para poder alimentarse a
través de la fotosíntesis. Básicamente necesita que le
proporciones:
- - hidrógeno (del agua),
- - carbono (que lo toma de la atmósfera),
- - nitrógeno, fósforo y potasio (que toma del sustrato),
- - y en menor cantidad otros oligoelementos: hierro, azufre, magnesio, etc. (que toma del sustrato).
El nitrógeno está relacionado con la salud y crecimiento
de la parte aérea (hojas, tallos, etc.); el potasio con las
flores y frutos, y sistema inmunológico de la planta; el
fósforo con la salud de las raíces; el hidrógeno y el
carbono en la elaboración de sustancias orgánica (azúcares,
hormonas, aminoácidos, etc.).
El mejor abono es el
abono orgánico
sólido. Utiliza sólo abonos de venta en
centros especializados de bonsai.
Las dos épocas de abonado intenso son en primavera y otoño,
para garantizar la brotación anual y la acumulación de
reservas para el año siguiente.
El alambrado es ante todo una técnica de cultivo que
permite que el sol y el aire fresco llegue a todas las ramas
y hojas del bonsai, facilitando un desarrollo vigoroso y
sano del árbol.
Además, es una técnica que te permite modelar el bonsai en
el estilo que deseado, aunque no todas las especies permiten
esta técnica debido a la naturaleza quebradiza y/o rígida
que puedan tener las ramas.
El alambre permite mantener las ramas en la posición deseada
hasta que se lignifican. Hay que tener cuidado de que no se
marque y retirarlo antes de que esto suceda.
Siempre tienes que colocar el giro del alambre en el mismo
sentido que vas a colocar una rama. Por ejemplo, si deseas
doblar la rama a la izquierda, el alambre debe colocarse
dando vueltas a la izquierda.
El alambre se retira en el sentido contrario al que se
retiro y cortando en pequeñas piezas, lo que evitará dañar
las ramas. Un árbol que no se siente cómodo con el alambre
es un árbol que no lo necesita.
La poda y el pinzado son dos técnicas esenciales para
mantener la salud y forma de tu bonsai, así como para la
reducción del tamaño de las hojas. El pinzado es
especialmente importante en el caso de las coníferas (pino,
junípero, tejo, criptomeria, ciprés, cedro, podocarpo,
etc.).
No hay que confundir poda con pinzado. La poda se realiza
sobre las ramas de años anteriores y el pinzado sobre las
ramas jóvenes de la última brotación.
Para modelar correctamente tu bonsái, debes eliminar todos
los brotes que nacen bajo otra rama, en el interior de una
curva y todos los que aparecen formando un círculo en las
intersecciones de las ramas porque producen abultamientos
que pueden llegar a ser mayores que los de la base del
tronco.
En general, la mayoría de los bonsais se podan o pinzan a 2
ó 3 hojas cuando las ramas y hojas están suficientemente
maduras y desarrolladas. La primavera suele ser la época más
apropiada, pero depende de cada
especie en particular.
Intenta cortar las ramas lo más cerca posible del tronco,
evitando dejar muñones, y trata de usar herramientas
adecuadas y afiladas.
Aplica sobre las heridas pasta selladora y evitarás
enfermedades.
Con las herramientas que a continación enumerarmos tienes cubiertas el 80/ 90% de las necesidades de tu bonsai cuando estás comenzando.
- Tijera de poda mediana.
- Podadora cóncava recta.
- Alicate o tenza de jin.
- Corta-alambres.
- Palillos asiáticos de comer.
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