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El género Operculicarya pertenece a la familia de las Rutaceae (rutáceas) y está representado por unas pocas especies, actualmente sólo se han descrito 5, todas ellas originarias de Madagascar.
El Operculicarya decaryi es confundido en algunas ocasiones con el Zanthoxylum piperitum, también de la familia de las rutáceas, porque en los comercios y viveros se denomina a ambos como pimentero japonés, por lo que hay que fijarse bien en las características propias del Operculicarya decaryi, y que son:
- árbol originario de Madagascar, de talla pequeña a mediana, que se comporta como caduco durante la estación fría cuando se cultiva en el exterior o perenne si el invierno es suave o se cultiva en un invernadero.
- tronco con la corteza rugosa, de color claro que posee pequeñas espinas en las ramas, generalmente en la base del nacimiento de las hojas.
- hojas compuestas (pinnadas) con un número impar de pequeños foliolos ovalados y opuestos (de 7 a 11), alternas, de color verde oscuro intenso y brillante en el anverso y más claro y sin brillo en el reverso, muy aromáticas, que se vuelven amarillas en otoño.
- flores muy pequeñas, de color amarillo verdoso, muy aromáticas, con olor a fruta, situadas en las zonas axilares de las ramas nuevas que aparecen en primavera. Hay árboles masculinos, es decir, con estambres en las flores, y árboles femeninos, es decir, con pistilos en las flores, por lo que si deseamos que fructifique, deberemos cultivar árboles de distinto sexo o no fructificarán.
- Sus frutos son redondos y de color rosado o rojizo, de sabor picante y también muy aromáticos.
Tampoco hay que confundir con los árboles del género Osteomeles, de la familia de las rosáceas, ya que sus hojas y aspecto general guardan un cierto parecido con el género Operculicarya, aunque sus flores son completamente diferentes.
Aunque este género es utilizado como bonsai de forma muy reciente, al menos en Europa, pero es posible que se extienda rápidamente, al menos entre los principiantes, debido a su resistencia, fácil adaptación y tendencia a desarrollar una buena base de tronco y nebari de una forma relativamente rápida. El pequeño tamaño de sus hojas pinnadas, el brillo de sus hojas y el aroma de sus flores le hacen una auténtica delicia.
Dónde ubircar mi Pimentero japonés
Debe cultivarse en el exterior durante todo el año, pero evitando el sol directo, especialmente en verano y al menos durante las horas de máximo calor, ya que sus hojas se queman con facilidad al sol o por el viento seco. El lugar óptimo podría ser una zona fresca de semisombra con mucha claridad para que pueda mantener las raíces con tierra fresca.
La situación exterior, además de garantizar su correcto cultivo, nos ayudará a reducir el tamaño de sus hojas.
Aunque soporta bien el frío, es aconsejable protegerle del frío intenso, especialmente hay que vigilar las heladas fuertes y el viento frío y seco. Un invernadero frío podría ser una buena solución para las zonas de inviernos más duros, procurando volver a situarlo en el exterior en el momento que las condiciones lo permitan. En esta situación podría llegar conservar todos o casi todas las hojas.
Una vez encontrado su emplazamiento más adecuado, no conviene moverlo de sitio porque se resiente con los traslados, sobre todo si son frecuentes.
Cómo regar un Pimentero
Los riegos deben ser cada vez que se seque la superficie de la tierra, haciéndolo a fondo, es decir, hasta que salga abundante agua por los agujeros de drenaje, evitando el encharcamiento permanente de la tierra para evitar un exceso de humedad que pudra sus raíces. Prefiere los suelos muy bien drenados.
No obstante, no soporta la sequía y sus raíces necesitan una humedad regular y permanente por lo hay que evitar que la tierra quede totalmente seca y es muy sensible al exceso de calor y al aire seco, lo que le provoca rápidamente el marchitamiento de las hojas.
Conviene utilizar una regadera con agujeros lo más finos posible para que el agua penetre mejor en la tierra y lo haga con suavidad.
No hay que pulverizar las hojas ni mantener ambientes excesivamente húmedos de forma artificial porque correremos el riesgo de que aparezcan hongos. En todo caso, si decides pulverizar, hazlo con mucha precaución y siempre que no te hayas olvidado de aplicar los correspondientes tratamientos fungicidas de primavera y otoño. Nunca lo hagas con el árbol en floración ya que sus flores se marchitarán prematuramente.
Como y cuando abonar mi bonsái
Abonar con frecuencia con un abono orgánico de calidad, especialmente durante la época de crecimiento vigoroso, es decir, desde la primavera hasta el otoño. Durante el invierno y la época más calurosa del verano debe reducirse la cantidad de abono porque son épocas con escaso o nulo crecimiento.
Podemos ayudar a reducir el tamaño de las hojas, además de con una buena exposición exterior a pleno sol con el suministro de abonos más ricos en fósforo (P) y potasio (K) que en nitrógeno (N) para no fomentar el desarrollo de sus hojas, además así fomentamos la fructificación.
Trasplantar un Operculicaria
Durante el comienzo de la primavera, cada 2 ó 3 años debido a la gran cantidad de raíces que desarrolla, justo un poco antes de que comience la brotación del año, cuando los brotes están hinchados, aunque en los ejemplares viejos puede trasplantarse cada 3 años y en los jóvenes puede ser anualmente.
Durante el trasplante conviene sanear bien cualquier parte de raíces podridas y podar las ramas no deseadas para reducir su copa. Si la poda de raíces es muy grande, convendría quitar hojas en la misma proporción que las raíces eliminadas. En caso de duda sobre la cantidad de raíces que tienes que podar, un truco seguro para no dañar el árbol es dejar 1/3 más volumen de raíces que de parte aérea (copa), aunque siempre es preferible preguntar a un experto, a otro aficionado o simplemente no podar ninguna raíz hasta que no estés seguro.
No es obligatorio, pero si utilizamos hormonas de enraizamiento con fungicida facilitaremos el éxito del trasplante al estimular el desarrollo de las raíces. Debes ser lo más rápido posible durante el trasplante y evitar que las raíces se sequen por estar demasiado tiempo en contacto con el aire.
La operculicaria tolera cualquier tipo de suelo, aunque no resiste bien los suelos demasiado alcalinos (PH mayor de 7,5). Una buena mezcla de sustratopara una operculicaria podría ser una mezcla de tierra con un 35% de arena de grano grueso o material equivalente (tierra volcánica, etc.) y 65% de mantillo, o cualquiera de las mezclas preparadas que podemos encontrar en las tiendas especializadas, como por ejemplo, la bidama. En todo caso, tiene que ser una mezcla con un excelente drenaje.
No hay que olvidar que la tierra utilizada debe ser siempre nueva y limpia y nunca reutilizada de otros cultivos para así evitar contaminaciones (hongos, enfermedades, plagas, etc.) que hubieran podido afectar a otros árboles.
Es conveniente proteger el árbol después del trasplante durante un par de meses, situándolo en un lugar muy bien iluminado pero evitando la exposición directa al sol.
Poda
La época más adecuada para la poda de ramas es después de la caída de las hojas, durante el otoño o el invierno.
Su rápido crecimiento no obligará a pinzarlo 2 ó 3 (o más) veces durante el verano, realizando el pinzado sobre los brotes nuevos, reduciéndolos a 2-3 hojas, y siempre que éstas hayan madurado, nunca antes, con el fin de equilibrar su vigor.
Si lo que deseas es sólo mantener su forma, deberás eliminar inmediatamente, tan pronto como aparezcan, los brotes de ramas nuevas no deseadas. Cualquier chupón (vástago que nace de la base) debe ser eliminado inmediatamente para evitar que le reste vigor.
La forma de emplear la poda como técnica de modelado es dejar crecer las ramas y podar en función de la dirección deseada, como las yemas son opuestas, los brotes serán dobles y, por tanto, debes fijarte en la dirección que te interesa para la nueva rama (izquierda o derecha) y eliminar el brote no deseado. En general deberíamos podar de tal forma que siempre podemos por encima de una hoja que tenga una yema hacia el exterior de la copa. Esta técnica te permitirá un aumento de la ramificación en la dirección elegida.
En algunas ocasiones cuando las hojas son muy grandes podemos recurrir al recortado de las mismas hasta el tamaño deseado, aunque lo ideal es el cultivo exterior con una buena exposición luminosa sin sol directo.
La operculicaria puede modelarse en los estilos: moyogui o recto informal, shakan o inclinado o chokkan o escoba, aunque todo depende de tu imaginación y gustos.
Conviene eliminar las hojas marchitas para evitar la aparición de hongos y las ramas no deseadas o secas pueden eliminarse en cualquier momento.
Nunca hay que podar drásticamente, si el árbol no está sano y vigoroso.
Además de podar para modelar, hay que podar para conseguir una estructura que permita la llegada de la luz a todas las ramas y las todas hojas puedan realizar la fotosíntesis.
En general, debemos quitar:
- todos los brotes de la base del tronco,
- las ramas que se cruzan,
- las ramas opuestas,
- las ramas que crecen muy verticales o que lo hacen hacia el interior del tronco.
Hay que tener cuidado de no podar drásticamente las raíces durante el trasplante, podando sólo las raíces más gruesas y dejando las más finas. También hay que aprovechar a podar las ramas no deseadas. En caso de duda sobre la cantidad de raíces que tienes que podar, un truco seguro para no dañar el árbol es dejar 1/3 más volumen de raíces que de parte aérea (copa), aunque siempre es preferible preguntar a un experto, a otro aficionado o simplemente no podar ninguna raíz hasta que no estés seguro.
Entre la poda de ramas y el trasplante (o viceversa) debería existir un intervalo mínimo de tiempo para no acumular demasiadas operaciones agresivas a la vez, por ejemplo, 3 semanas.
Por último, recordar que la poda, el pinzado o la defoliación sólo se deben realizar si el árbol está sano.
Alambrado
El alambrado de la operculicaria debe realizarse preferiblemente durante la primavera y el otoño, no obstante, se puede modelar mediante una planificación de podas en años sucesivos.
Aunque sus ramas son relativamente flexibles, conviene proteger la corteza del tronco y ramas ya que ésta se daña muy fácilmente. Debes vigilar las marcas del alambre en la corteza debido a la rapidez con la que engordan y crecen, generalmente el alambre deberá retirarse en el momento en que vaya a comenzar la aparición de marcas en la corteza. Es recomendable no regar el día anterior al alambrado.
En cualquier caso, un árbol con aspecto de "madeja de alambre", por el exceso de éste, pierde todo el aspecto de vivo y no es un mejor ejemplar como bonsai. Por favor, alambra lo justo y sólo cuando otras técnicas de modelado no puedan utilizarse o no hayan conseguido los efectos deseados.
Efermedades y plagas más comunes
La operculicaria es bastante resistente y duro a las plagas y enfermedades, pero en cualquier caso, debemos recordar que si necesitamos emplear algún tratamiento fitosanitario, éste debe ser específico contra la plaga o enfermedad y constante en el tiempo hasta eliminarla completamente.
Recordad, que el cultivo adecuado de nuestro árbol nos evitará tener que usar productos químicos que provocan:
- riesgos para nuestra salud,
- un gasto innecesario y
- la contaminación del medioambiente.
Reproducción / multiplicación
En general se puede reproducir mediante:
- Semillas, en otoño.
- Esquejes de raíz, al final del invierno. Cortar trozos de raíz de unos 10 cm. de longitud de más de 10 mm. de diámetro, colocados horizontalmente sobre la tierra y cubiertos ligeramente.
Si utilizamos hormonas de enraizamiento sobre los esquejes, obtendremos mejores resultados.
Más información sobre el Pimentero japonés
El género Operculicarya debe su nombre al latín "operculum" = opérculo, tal vez, en referencia a los pequeños opérculos o "pequeñas tapas" que se desprenden de sus frutos, y "karya" = nuez, por sus pequeños frutos.
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