Los árboles gestionan su vigor para cubrir todas sus necesidades con
el mínimo de malgasto, es decir, tienen que crecer, engordar su
tronco, defenderse de ataques de hongos e insectos, etc.y además
reproducirse.
En el caso de la reproducción (floración, fructificación, etc.) se
producen tantos frutos y se consume tanta energía que cualquier
tarea debe dejarse a un lado (crecer, engordar, etc.). Las flores
necesitan tanto espacio que incluso las hojas dejan hueco o incluso
se caen para dejar sitio. En muchas ocasiones el apogeo de la
floración se realiza con las reservas acumuladas durante el otoño y
sin hojas (o con pocas hojas) por lo que la producción de azúcar
(mediante la fotosíntesis) se ve reducida a mínimos niveles. Además,
durante la fructificación, la mayoría de los recursos se transforman
en aceites y grasas (y azúcares) que se almacenan en las semillas,
de forma que los alimentos disponibles para el árbol se reducen al
mínimo (para cerecer, engordar el tronco, defenderse de plagas,
etc.), lo que hace que el árbol sea especialmente vulnerable a las
plagas y enfermedades. De hecho muchos insectos están esperando este
momento para atacar.
Selva de Irati (Navarra) - España. Foto: holbox / shutterstock.com
En una situación normal (fuerte, vigoroso, sin floración, sin
frutos, etc.), el árbol se defendería produciendo sustancias tóxicas
o amargas para los insectos. En cualquier caso, un árbol que se nota
así mismo enfermo o débil tendrá una propensión a florecer como si
sintiera su falta de aliento y la cercanía de su final, con la
necesidad de propagarse rápidamente antes de morir. Por ejemplo, un
verano extremadamente seco, con árboles al borde de la muerte,
producen abundantes floraciones al año siguiente.Obviamente, todo lo
anterior se ve afectado por la cantidad de luz disponible,
nutrientes, etc.
En resumen, la abundancia o escasez de flores / frutos son un
reflejo de lo mal o bien que le ha ido al árbol, y en todo caso
requiere un gran cantidad de vigor en detrimento de su crecimiento y
salud.
CONSEJO PARA TU BONSAI: si está débil, es mejor que
no le permitas florecer eliminando las flores, y en todo caso, no le
dejes fructificar / formar semillas. Asimismo, vigila una estraña
abundante floración no vaya a ser que en relidad lo estemos
cultivando incorrectamente y en realidad nos esté diciendo que
siente su final y por eso trata de reproducirse.
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